Aki toy yo un shikillo normal

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martes, 7 de junio de 2011

EPOCA DE EXÁMENES

El miedo a los exámenes no es irracional, pero el tamaño de este miedo sí puede serlo. El reto de enfrentarse a una prueba en una situación en la que alguien se juega en mayor o menor medida su futuro requiere concentración máxima. Por tanto, cierto grado de tensión es positivo porque sirve para mantener activas las facultades intelectuales, físicas y emocionales, además de mejorar el rendimiento. El problema aparece cuando la tensión se convierte en ansiedad y la persona se deja vencer por la conciencia de que algo trascendente va a ocurrir y no tiene la seguridad de estar bien preparada. Se suceden pensamientos que cobran fuerza, como la posibilidad de que no se haga justicia, el temor a las reprimendas o al ridículo y el miedo a no conseguir las metas propuestas en el plazo previsto. Esta conciencia pasa a ocupar un primer plano en nuestra mente y desplaza incluso a los conocimientos cuyo dominio se debe probar. El examen se convierte así en un momento amenazante, que se vive antes, durante y después como algo insuperable y peligroso, y al que se otorga una importancia exagerada.

¿Cómo se manifiesta?


Tanto si se sufre la ansiedad de manera anticipada, es decir, en el momento del estudio previo, o durante el examen, un episodio o situación de ansiedad se identifica:
  • En el estado físico: se sufren alteraciones del sueño, pérdida del apetito, trastornos digestivos, náuseas, opresión en el pecho, sensación de que no llega el aire a los pulmones y de que músculos se paralizan, taquicardia, calambres y sudor frío.
  • En la conducta: aparecen dificultades para mantener la concentración. La persona se deja vencer por la pasividad (puede pasarse horas viendo la tele, deambulando por la casa, durmiendo, haciendo visitas al frigorífico...), y malgasta horas delante de los libros sin apenas leer. Ambas conductas son signos de evasión que pueden conducir a que al final el estudiante no se presente al examen, o que si lo hace se siente pasivo ante él.
  • En el rendimiento intelectual: se corre el riesgo real de sufrir dificultades para entender las preguntas, de sentir bloqueos de la memoria e incapacidad para recordar conocimientos que se poseen. Durante minutos se suceden toda clase de pensamientos negativos: "no me va a dar tiempo", "soy incapaz de estudiármelo todo", "tengo menos capacidad que otros", "voy a suspender seguro", "yo no valgo para esto", "qué bien viven los que no tienen que estudiar", "esta carrera no la acabo yo", "voy a hacer el ridículo"... ideas que se potencian en la mente de la persona afectada.


¿Por qué se produce?



En la mayoría de las ocasiones, el origen de esa ansiedad se debe a:En las personas que presentan ansiedad existe una predisposición a manifestar respuestas de angustia en situaciones en las que son o se sienten evaluadas. Sin embargo, puede suceder que un estudiante no haya experimentado antes esta sensación y en un determinado momento se vea superado por las circunstancias.

  • Experiencias anteriores negativas de bloqueo o de no haber podido recordar cosas que se consideraban aprendidas.
  • Pensamientos negativos u otras preocupaciones de la persona ajenas al estudio (esto ocurre cuando se ha preparado bien el examen).
  • Cavilaciones sobre las consecuencias negativas que puede tener hacer mal un examen se hace muy fuerte.
  • Comparaciones con otros compañeros o compañeras.
  • La inadecuada organización del tiempo, a no haber preparado bien el examen o no haber distribuido bien los tiempos de preparación, lo que provoca que se dejen temas importantes para última hora.


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